viernes, 16 de febrero de 2007

jueves, 15 de febrero de 2007

EL OLOR DEL CIELO por María Rosa Lojo


Un día por año, durante una hora, es posible abrir la puerta del Cielo. El único requisito es estar atento para percibir el resplandor muy leve que dibuja en la pared de enfrente los contornos delicados y precisos de una puerta. Hay que empujarla con las dos manos y apoyar después todo el cuerpo, suavemente. Se sabe que uno ha entrado sólo por el olor del Cielo, que es peculiar e inolvidable y no se parece a ninguno de los olores de la Tierra, ni siquiera al del jazmín del Cabo o al de la algalia, o al del clavel suntuoso o al de las rosas de Cádiz, o al almizcle. No es posible recordar nada más porque el olor del Cielo marea y desmaya, confunde y oblitera todos los otros sentidos. Nadie puede relatar, por tanto, su visita al Cielo porque su único recuerdo es un olor, y éste es indescriptible e imperceptible para todos los demás seres humanos. Pero sí puede presentar la prueba, porque detrás del visitante se alinean los gatos y olfatean con adoración al que regresa del Cielo y maúllan, despechados, a la Luna que nunca baja, que siempre está demasiado lejos para olerla.

miércoles, 14 de febrero de 2007

Articulo publicado en PAGINA 12 el 10-02-07

Extracto:"A la televisión hay que mirarla como termómetro no de lo que abunda afuera, sino de lo que escasea. Y afuera, es decir en la vida real, hay una gran crisis de exposición. La gente común tiene ataques de pánico y los trastornos de ansiedad son los síntomas de la época. Si invertimos los términos, podemos decir que en la vida real, el afuera asusta, da pudor, miedo, y el contacto personal es cada vez más evitado. Hay relaciones que empiezan y terminan sin que ninguno de los dos pueda explicar por qué. Hay mucha gente que prefiere guardarse a exponerse, a bajar el cierre relámpago de su historia, a dejar a la vista las costuras de sus heridas. Ese es el afuera que mira el adentro de la casa de Gran Hermano. Esa es la gente que consume un producto pródigo en ataques de llanto. No pude evitar sentir un escalofrío de vergüenza ajena cuando la profesora de educación física, una chica preciosa y con un cuerpo bárbaro, se puso a llorar desconsoladamente en el confesionario porque por fin pudo largar eso que la atormentaba: “Tengo estrías”, dijo, y clamó por sus cremas para la celulitis."

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-80195-2007-02-10.html

martes, 13 de febrero de 2007

MONOCROMO URBANO

Color ciudad.....repleta de cables negros, asfaltos grises, paredes claras y vidrios espejados, en los que se copia incansablemente el mismo paisaje que cubre cielos, vela horizontes y transforma a traseúntes em zombies de rostros pálidos e imperturbables.